Ojos ciegos bien abiertos

Abriendo los ojos, no vio nada… es lo que deduzco… no la conozco mucho como para saber si algo ve o si percibe algo, quizás algún movimiento… quizás una sombra… quizás me escucha, no lo sé.

Quizás es todo una mentira y me ve perfectamente, quizás el color blanco de sus ojos no sea más que una mentira.

Sus ojos ciegos me siguen por la habitación, como mirándome, es imposible, no me pudo haber escuchado, no hago ruido, nunca hago ruido.

Tantos años de robar y moverse sigilosamente y me puede escuchar, no lo entiendo.

Ahora que me voy acercando a la silla donde está sentada, sentada en el medio de la habitación oscura (para que necesitan luz los ciegos), me doy cuenta de lo triste que se ve su cara, es como si supiera lo que viene.

Paso a paso me voy acercando, para estar seguro, doy un paso al costado, y si, me sigue con la mirada. ¿Qué pasa? Me estoy asustando, me dijeron que era ciega, completamente ciega, que iba a ser fácil, que no iba a tener problemas. ¿Tendrá algún poder sobrenatural?

Dios, es solo una anciana, nunca hice esto antes, nunca lo hice, no sabía que podía ser tan difícil, y ella lo sabe, estoy seguro de que lo sabe, me mira, me observa, sabe lo que quiero hacer, pero ¿Me dejará hacerlo? Esa anciana me da escalofríos, sabe, no sé cómo, pero sabe.

Se levanta, camina hacia mí, me corro de su camino, ella sigue caminando hacia un pequeño mueble, abre un cajón y saca un atado de cigarrillos, prende uno y expulsa el humo y se queda parada en el lugar, esperando.

Diablos, está cerca de mí, casi la puedo tocar, casi la puedo matar, estiro mi mano y… se aleja, lentamente, casi como un baile lento y aterrador se vuelve a sentar… con el cigarrillo en su mano, quemándose lentamente… y dice en voz baja: ¿Dónde está?

Está hablando de mi, sin lugar a duda, ¿Dónde está la determinación que tenia de matarla?, ¿La determinación de matarla para cobrar ese dinero que necesito?, ¿La determinación que tenia a pesar de que nunca hice nada de esto?, no puedo soportarlo, me tengo que ir de ahí, lo último que escuche de la vieja antes de cerrar de un portazo la puerta fue preguntar quién andaba por ahí… sus ojos ciegos bien abiertos nunca me vieron.